Retomamos la actividad del bloc con un articulo que publicamos en la revista de la Asociación de amigos de los tractores de época del Bages del 2011:
En
este artículo se trata de recordar a un gallego emprendedor, muy trabajador,
pionero en una mala época, y amante de
su trabajo y de sus trabajadores, que ocupó un lugar en el mundo industrial
español desde los años cincuenta hasta los setenta, sumergido en una dictadura
y una economía centrada en el mercado exclusivamente nacional. Los datos de la
época que conocemos indican que en los años cincuenta y sesenta fue la
industria privada más importante del país. Eduardo Barreiros tenía pasión por
los motores y decía que “se les puede calificar como libertadores
de grandes sacrificios humanos”, recordando a los segadores que con la
hoz pasaban el día trabajando de sol a sol. Empezó a trabajar desde muy joven en
Orense, con poco dinero y habiendo pasado un corto periodo en la escuela. Tuvo
siempre la colaboración de sus hermanos, Valeriano, Graciliano y Celso, a los
que él ayudó a formarse y ellos trabajaron en Barreiros Diesel. En sus orígenes
fundó una pequeña empresa y con el transcurso de los años la fábrica de
Villaverde en Madrid llegó a tener veinticinco mil trabajadores.
Barreiros
fue un empresario de prestigio, admirado por su compatriota gallego y jefe del
estado Francisco Franco, aunque por diversos motivos esto no supuso ninguna
ayuda estatal a su proyecto. En los años sesenta, con la expansión económica y
una tímida apertura de fronteras a la importación y exportación, la familia
Barreiros entra en decadencia y tiene que vender casi todas sus acciones a la
empresa Chrysler. Después de pocos años Chrysler se quedaría con toda la
fábrica.
Eduardo
Barreiros sin su fábrica y un contrato con Chrysler muy restrictivo que le impedia participar en ninguna iniciativa para
fabricar motores durante unos años, invirtió parte de su fortuna en una finca
de Ciudad Real, destinada a la explotación agropecuaria. En los años ochenta se
le terminó su contrato y pudo volver a lo que él más conocía y le ilusionaba,
los motores de combustión interna. El gobierno cubano lo retó con un proyecto
de fabricación de motores, siendo su motor de ocho cilindros el que supero con
creces todas las pruebas. Termino su vida haciendo lo que más le gustaba y
dando un decisivo impulso a la isla de Cuba. Murió en La Habana en 1992, a los setenta y tres años.
Sabemos de primera mano que uno de sus valores más preciados era ser el primero
en llegar a la fábrica cada día y el último en salir de ella, y que uno de sus
grandes éxitos humanos es que quería a los trabajadores que colaboraban con él
y en su fábrica.
Vida
de Eduardo Barreiros (primera parte)
1919 Eduardo Barreiros nació
el 24 de octubre de 1919 en Gundiás, provincia de Orense. Cuando nació Eduardo
su padre estaba trabajando en las Islas Canarias. La familia se dedicaba hasta
entonces a la agricultura . Cuando Eduardo cumplió cuatro años, el padre volvió
con mil duros (5.000 pts ,
unos 30 € de ahora) para llevarlos con él. Los Barreiros se fueron a
Tamaraceite, un pueblo de Las Palmas de Gran Canarias y su negocio fue un
taller de cedazos y dos caballos para transportarlos.
1925 Regresaron a Galicia y su padre en Orense
compro un autobús de segunda mano, para dieciocho pasajeros.
1927 En 1927 obtuvo la concesión de la línea de
autobuses entre Orense y Los Peares. La familia vivía en los Peares pero pronto
se traslado a Orense y compraron una casa. Eduardo colaboraba como cobrador
cuando no iba a la escuela y, los domingos, en lavar y engrasar el autobús.
1936 Durante la guerra civil Eduardo Barreiros tuvo
que ir al Ejército a pesar de no tener la edad para el servicio militar. Su
destino fue hacer de chófer de camiones y autocares militares por León, Castilla
y Extremadura.
1939 Al finalizar la guerra Eduardo regresó a
Orense y con su padre siguieron el negocio del autobús. Cuenta que compraron un
Chevrolet casi de desguace y un camión Ford destartalado, que pudieron adaptar
a una carrocería y así disponer de dos autobuses. Los viajes aumentaron y su
imaginación también. Con unos largueros de chatarra, un diferencial de un
camión Citroën, un motor y un cambio de un camión incendiado hicieron arreglos
a los autobuses que les proporcionaron algunos beneficios, podían ser más
espaciosos i transportar más gente. Eduardo Barreiros contaba que su primer
negocio de compraventa fue un motor adquirido por 600 pts (3,6 €) y después de arreglarlo, lo vendió por 3.000 pts (18 €). También compro un Mercedes de 1930 por 10.000 pts (60€) que vendió a piezas, menos el motor que colocó en un camión,
este lo vendió y volvió a comprar otro camión Chevrolet y en este cambio ganó 70.000 pts (420€). Con ese dinero compro un Hispano Suiza, que reparó y vendió por 150.000 pts . (901€, toda una fortuna en esa época). En esos
años Eduardo colaboraba plenamente en el pago de la formación de todos sus
hermanos, Valeriano, Celso, Mary y María Luz.
1940 Conoció a Dorinda Ramos de Cerrada, hija
única de un ganadero con tierras propias. Se casaron en 1946.
1943 Eduardo y su padre vendieron la empresa de autobuses por 6.000.000 pts (36.060
€), pensando en invertir en obras de carreteras. Crearon una
empresa para tal actividad con un préstamo añadido de 200.000 pts (1.202€).
1948 Llego la idea más brillante, la de
transformar los motores de los camiones a gasoil, para que consumieran menos y
fueran más baratos. Idea que lo haría millonario en el futuro. Lo demostró
transformando dos motores Krupp de avión de la Guerra Civil , en su
taller de Orense con unos pistones fabricados en Bilbao y una bomba inyectora
Bosch preparada en La Coruña.
1949 Transformó algunos camiones más en el
taller de Orense. Hay que recordar que en aquella época el gasoil constaba 1.80 pts (0.01€) el litro y la gasolina 6.25 pts (0.04€) litro. Uno de los primeros motores que transformó fue el
motor ZIS-5 ruso, que estaba basado en el modelo Hércules de General Motors. Su
propaganda decía “que por un 25% del coste del vehículo se garantizaba su transformación
a igual potencia y velocidad, en un tiempo seis semanas”.
Eduardo invirtió en propaganda e incluso regalo camiones que circulaban por
todo el país para que llevasen su anuncio de motores BARREIROS transformados.
Creó su propia empresa de bombas, llamada Compañía Anónima de Bombas (CAB), y
abastecía a sus motores diesel.
1951 Obtuvieron su primera patente para
transformar motores de gasolina en motores diesel, paso importantísimo para
Barreiros y para el país. Con esos éxitos el taller de Orense se les quedaba
pequeño y al sur de Madrid (Villaverde) alquilaron unas naves por 50.000 pts (300€) al mes, todo un reto para la época.
1952 Poco a poco se fue trasladando toda la
familia a vivir a Madrid.
1955 Ampliaron su fabricación con dinamos y
motores de arranque. Para financiar todo este crecimiento Eduardo Barreiros solicitó un préstamo al Banco de Vizcaya y conoció a Tomás de
Bordegaray, directivo del banco, que considero pequeño el préstamo solicitado y
se lo incremento considerablemente. Fue otro de los éxitos de Eduardo Barreiros, conocer a Bordegaray que creyó en su proyecto y que sería su
consejero durante muchos años, lo introduciría en el entorno de las altas
finanzas, formas de vender financiadas y le ayudaría a conocer personas
influyentes. Los años siguientes compraron terrenos cercanos a los que tenían
alquilados, unos 20.000m2 en Villaverde.
1957 El Banco de Vizcaya es accionista de
Barreiros Diesel y crearon una fundición que llegaría a ser la más importante
del país. En este año, el estado portugués deseaba adquirir trescientos
camiones, Eduardo Barreiros en un tiempo record preparó un camión
barato pero resistente que superó las pruebas durísimas que habían preparado
(conducido por él mismo) y volvió a casa para fabricarlos (el estado español
fabricaba el camión Pegaso en competencia directa). Para ese volumen de
producción, más el ya existente, tubo que hablar, demostrar y convencer a
ministros e incluso al general Franco de la viabilidad del proyecto y de la
necesidad de conseguir permisos rápidamente. Para realizar la producción de
estos camiones tuvieron que buscar una fábrica de engranajes en Londres, David
Brown, que fue la primera empresa extranjera con acuerdos de participación en
Barreiros.
A
partir de aquí Eduardo Barreiros inicia su aventura internacional, esta le
traerá alegrías y sin sabores que os contaremos en otro artículo.
Bibliografía:
- Diversas
páginas de internet
- Algunos
artículos de la revista Agrotécnica
- Libro
“Barreiros Diesel” Fundación Eduardo Barreiros.
3 comentarios:
Enhorabuena por el articulo y por volver a retomar el blog, yo tenia esperanza y cada semana le echaba un vistazo.
Gracias por volver a escribir.
Muy bueno!Lastima que este hombre que tuvo una vida ejemplar no se le de el suficiente reconocimiento.
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